Visitando Praga – Parte II

¿Dónde nos quedamos? Ah, sí, en el post anterior estábamos cruzando el famoso Puente de Carlos en Praga y vimos a un artista que te hacía en el momento y con una pequeña tijera y un papel negro, tu silueta… ¿les muestro cómo les quedaron las nuestras?

Pues en realidad nos dijimos que mejor lo pensemos, visitemos la ciudad baja del otro lado del puente y al regresar veríamos si nos parecía todavía una buena idea (una adelanto: nos siguió pareciendo una buena idea).

Como les contaba, el puente tiene varias estatuas que decoran cada lado del mismo… y son obras de arte importantes por lo que la gente va parando en cada una a observarlas.

También se va parando a disfrutar de la hermosa vista del río y de la ciudad, con los diferentes edificios que hay sobre cada margen. Acá se ve a lo lejos en alto el Castillo de Praga, que esta vez no pudimos visitar pero que sin duda será prioridad para la próxima vez.

Una vez del otro lado del puente, llegamos a la entrada de la ciudad baja a la cual se ingresa a través del arco de la tercer torre del puente.

Desemboca en una calle muy linda, comercial y turística por supuesto, con muchos restaurantes, cafés y boutiques. Miren los detalles de las fachadas:

Con hambre, nos metimos en uno de los tantos restaurantes (previa chequeada con la app de TripAdvisor) y nos comimos un menú del día que incluía una sopa crema de champiñones y un típico Hovězí guláš, que es la goulash checa.

Y de postre venía con este coso, que la verdad no sé como se llama (o qué es, para el caso). Con “crema” y duraznos:

Después de recorrer la zona, volvimos a retomar el camino del puente y esta vez decidimos parar en el hombre de las siluetas.

Con una destreza increíble, en un minuto y algo, alternando la mirada entre su papel y tu cara, te hacía una silueta bastante acertada. Y obvio al rededor la gente se acumula a mirarlo hacerla. Miren el video:

Y este fue el resultado, ¿nos reconocen?

Volvimos a las lindas calles del casco histórico, esta vez de día se podía apreciar aún más la belleza de la ciudad. Y este fue un momento y una imagen que miro cada tanto, me parece tan “de película”:

Como en todos los casos históricos de las antiguas capitales europeas, las calles son diminutas, muchas son callejones, y con las fachadas tan bien cuidadas, pintadas todas con una misma gama de colores, una escenografía.

En varios lados están estas tiendas de Trdelník, que es un postre típico de la República Checa y la región. Consiste en una masa cocida sobre las brasas enrollada en un palo de madera, parecida a los “cañoncitos” que tenemos en Argentina, claro que no están rellenos con dulce de leche sino con crema o helado (o muchas variedades más).

Acá se ve cómo los hacen en el momento y cómo los venden a los gritos.

También hay muchas tiendas de golosinas, dulces y chocolates, como esta que tenía la temática pirata y las golosinas estaban en cofres y barriles.

Es hipnotizante ver a los empleados estirar y estirar el caramelo, y luego cortarlo en pedacitos con una pequeña espátula.

Seguimos caminando por los callejones de Praga hasta llegar al Old Town Square, donde habíamos estado la noche anterior…

Esta fachada parece tapizada, ¿no?

En la plaza hay muchos restaurantes y bares, y por supuesto mesas para comer o tomar algo al aire libre. Lleno de gente, por todos lados, Praga un éxito !

No, no es una escenografía de cartón!

De día, el Reloj Astronómico es igual o más lindo, se veían bien los escudos, los personajes y los detalles.

Me mata el contraste entre la cara de Chloé y la del tipo de celeste.

El Palác Kinských era el palacio de la plaza y hoy en día es el museo nacional de arte (National Gallery):

Y en el medio de la plaza, un inmenso monumento a Jan Hus (Juan de Hussenitz):

Miren la marea de gente en toda la plaza, realmente es el lugar más turístico de Praga gracias a los hermosos edificios que la rodean. A la izquierda de la plaza se encuentra la Chrám svatého Mikuláše, la Iglesia de San Nicolás.

Entramos y justo había un concierto del coro, así que nos quedamos escuchando un rato mientras admiramos el interior de la iglesia. Lo que más me gustó fue el interior de la cúpula y la lámpara que cuelga de ella.

También en la misma zona, hay varios puestos de comida callejera, principalmente de carne asada, como este coso:

Y de los langoš que son como una versión checa de la “torta frita”, es decir un masa de pan frita y chata a la que le agregan lo que quieras por arriba:

Como esa noche nos habíamos contratado una “excursión” (ya verán en el próximo post de qué se trata), nos fuimos volviendo para el hotel a cambiarnos y a esperar que nos pasen a buscar. En el camino, seguimos disfrutando de la hermosa arquitectura de Praga, algunos ejemplos:

Uno de los centros comerciales más importantes de Praga, el Palladium.

Espero que les haya gustado esta continuación de nuestro paseo por Praga

Como les dije, en el próximo post les mostraré una excursión bastante “original” y bien checa que hicimos esa noche!

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