Aunque este invierno fue bastante “tranquilo”, siempre es un merecido respiro irse “al Sur” (como dicen acá) para cortar con tanta nieve, guante y bufanda.
Fue así que una mañana de domingo a principios de enero, Chloé me despierta –típica imagen, aún con lentes puestos y laptop por el cuello– “mirá qué barato este crucero”. Y a mí me das un pié así y ya no me sacas de Google hasta que te bookée todo.
California Comer Estados Unidos Long Beach Viajes